Pablo de Tarso,
originalmente Saulo de Tarso o Saulo Pablo, también llamado san Pablo, nacido
entre los años 5 y 10 d. C., en Tarso de Cilicia (actual Turquía
centro-meridional) y muerto martirizado bajo el gobierno de Nerón entre los
años 58 y 67 en Roma, es conocido como
el Apóstol de los gentiles, el Apóstol de las naciones, o simplemente el
Apóstol, y constituye una de las personalidades señeras del cristianismo
primitivo.
El apostol Pablo
hablaba fluidamente tanto el griego como el aramo lo que le permitió predicar el Evangelio con ejemplos
y comparaciones comunes de esta cultura, por lo que su mensaje cosechó un
pronto éxito en territorio griego.
Entre muchas
cosas que caracterizan al apostol Pablo encontramos que este varon Sin haber
pertenecido al círculo inicial de los Doce Apóstoles, y recorriendo caminos
jalonados de incomprensiones y adversidades,Pablo se constituyó en artífice de
primer orden en la construcción y expansión del cristianismo en el Imperio
romano, merced a su talento, a su convicción y a su carácter indiscutiblemente
misionero.
Se cree que ya
para el año 30, Saulo no debía de residir en Jerusalén cuando tuvo lugar la
crucifixión de Jesús; sin embargo, se piensa que habitaba en la Ciudad Santa
cuando, seis años más tarde, fue asesinado el apóstol Esteban al ser apedreado.
Entonces, en
concordancia con la educación que había recibido, presidida por la más rígida
observancia de las tradiciones farisaicas, Saulo se constituyó en aquellos años
como un acérrimo perseguidor de los cristianos, a quienes se les consideraba
entonces una secta hereje del judaísmo. Así, inflexiblemente ortodoxo, se cree
que el joven Saulo de Tarso estuvo presente no sólo en la lapidación de
Esteban, sino que se ofreció además a vigilar los vestidos de los asesinos.
Pero todo
cambió, en el año 36, cuando los jefes de los sacerdotes de Israel, le
confiaron la misión de buscar y hacer detener a los partidarios de Jesús en la
ciudad de Damasco. Ya que, cuando iba camino hacia esta ciudad, fue testigo de
forma inesperado de la manifestación prodigiosa del poder divino; fue
repentinamente deslumbrado por una misteriosa luz, arrojado a tierra y perdió
la visión durante un tiempo.
Tras su estancia
en Damasco, donde, recobró la vista, San Pablo se puso en contacto con el
creciente grupo de seguidores de Jesús, dando inicio a sus primeras actividades
de evangelización y posteriormente, decidió emprender un retiro durante algunos
meses al desierto (no se conoce exactamente a dónde), afirmando así de manera
más profunda, en el silencio y la soledad, los cimientos de su fe.
Creditos
Wikipedia.com
Historia-Biografia.com